Las ayudas fiscales son beneficios que permiten a las empresas reducir su carga impositiva.
Esto se traduce en pagar menos impuestos gracias a deducciones, bonificaciones o regímenes especiales de amortización.
Están especialmente diseñadas para incentivar la inversión en activos productivos, como la compra de nueva maquinaria, la mejora de procesos o la incorporación de tecnologías más sostenibles.